Aventuras de un Maestro

Por fin es quincena! La ventaja es que me pagaron ayer, uju! Lo malo es que de ayer a hoy tengo casi la mitad de mi sueldo. Pagué mi inscripción en mi otra escuela, di la tanda, me compré dos blusas (por cierto, muy entalladas para el deleite de mis educandos) y algunas cosillas de arreglo personal, mi dinero voló! Y para colmo el próximo lunes y martes, va a ver un puentezote riquísimo, como para irse a pasear a la playa, y relajarme de mis alumnos ¡ahora no me alcanzará para irme de pinta!

Hay días como hoy en los que me agrada ser maestra, les dejé a los chicos de sexto que hicieran un pequeño video, sin cortes, donde cada alumno construyera una historia en torno a un maletín, obviamente tuvieron miles de errores, empezando por el lente de la cámara sucio, algunos no respetaron la regla de no cortes, cuando pasaban frente a vidrios o autos se notaba quien grababa, en fin, horrores que uno comete cuando no esta familiarizado con la cámara, fuera de ello hubo ideas muy creativas y los muchachos se emocionaron con la idea de seguir haciendo ejercicios de ese tipo.

Al terminar y salir de la escuela, el “niño bonito” se me acercó y me comentaba que su actuación en el video había sido espectacular, yo sólo reí, y me contuve en decirle “ay papá! Estarás muy bueno, pero tampoco creas que por nada te voy a poner diez”(aunque pensandolo bien tal vez si, jejejeje!), mientras caminaba rumbo a la calle volvió a insistir “¿Cuándo sale conmigo al cine profesora? ” y agregó una nueva propuesta “¿me invita a comer a su casa?” ¡Ah caray! Bonito me saliste, primero me invitas al cine y luego quieres que yo te invite a comer, pensé, otro de sus compañeros que iba con nosotros, interrumpió y dijo: “no maestra, no le haga caso, mejor yo la invito a comer a usted”, nuevamente reí y el niño bonito repeló “¡Déjala! Yo la invité primero”. Cuando llegó el momento de tomar mi camino, justamente iba a cruzar la calle y el niño bonito percatándose que no me había fijado que venía un auto, me dijo “Cuidado profesora, si le pasa algo ¿con quién voy a ir al cine?” me despedí, y después de eso, el día me parece más agradable a comparación de otros, en los que termino sumamente cansada de repetir ¡silencio!

Saluditos a todos nuestros amigos que nos leen desde otras partes de este hermoso mundo.

Atte. La Vicho teacher