Aventuras de un Maestro

A veces le reclamo a mi señora madre el por qué le presta dinero a una de sus primas, nunca le paga, y aparte de eso dicha señora cuando tiene la oportunidad, habla mal de mi progenitora. Mi madre, contesta como niña regañada y se excusa: “Es que la ví tan jodida que no tuve corazón para decirle que no”. Obviamente mi reacción es de molestia, pues no somos ricas (económicamente hablando, para otras cosas si) como para andar regalando dinero a una persona que no lo merece. Este simple hecho me ha puesto a pensar que soy exactamente igual que ella, a veces por pasarme de buena onda, lo que ocurre comúnmente, es que las personas abusen de ti.
Hoy casi grito ¡auxilio! A viva voz, pues perdí el control, mi insípida autoridad tocó fondo con las criaturas salvajes a las que tengo por “alumnos”.
Los puse a trabajar por equipo, para que leyeran el periódico e identificaran artículos de opinión, editorial y columnas. Me senté con los chicos que menos trabajan y empecé a leer con ellos, pues tenía la esperanza de que por lo menos hicieran el esfuerzo, y como no llevaban material, les pasé unos periódicos míos, cuando los dejé no terminaron el ejercicio.
Mientras explicaba a unos, otros volvían la situación intolerable, los clásicos latosos, a quienes por cierto les caigo mal y hacen lo que quieren en mi clase, empezaron con su alboroto, en medio de una terrible contención para mandar todos al caño y a que se metieran los dedos por atrás, alcé la voz y ordené que tres muchachitos se salieran, pero como les encanta desobedecer las reglas, empezaron a protestar “¿y yo por qué?” ¡el colmo del cinismo! todavía preguntando porqué, como si no fuera suficiente que parecieran niños de cinco años corriendo por el salón y botándose bolas de papel en medio, de gritoneos infantiles. Los susodichos pedantes, no se salieron. Terminé sumamente enojada, no entiendo, ¿esperan que les grite? ¿Qué me pelee con ellos? ¿Qué empiece a tomar represalias y los cague en los exámenes? Si, supongo que eso quieren ¡pues eso haré!
Mi día fue amargado por ese grupo, cada vez es más difícil hacer mi trabajo, he perdido las esperanzas de que aprendan algo, son casos perdidos.
¿Recuerdas aún cuando eras alumno? ¿recuerdas si alguna vez sacaste de quicio a uno de tus maestros? Pues es horrible. ¿Tú que harías poniéndote en el papel de alumno y profesor? Si fuiste niño problema, ¿cuáles serían tus pensamientos?
Me despido con un terrible desaliento nuevamente.
Atte. La Vicho Teacher