Recuerdan a Milan Kundera? el autor del libro que me recomendó mi alumno de secundaria? Pues compré “la insoportable levedad del ser” la semana pasada, y desapareció por arte de magia en mi casa, obviamente sabía quien era el autor intelectual de tal fechoría, ni más ni menos, que mi adorado sobrino, hijo de su madre, y con ser hijo de esa mujer (a la cual por cierto ya no considero mi hermana) ya es toda una grosería. Resulta que después de muchos intentos desesperados buscando el libro en los lugares más recónditos de mi casa, decidí cambiar la táctica y hablar de manera civilizada con la “máxima muestra de perversidad” que conozco (mi sobrino), le dije que no me iba enojar, que necesitaba encontrar el libro y que por favor me dijera donde lo había metido. El muchachito así, si confesó, efectivamente lo había tomado y su mal sana mente, llevado no sé por qué pensamiento, idea, o intención; mientras yo limpiaba el domingo mi estudio, que está en la azotea de mi casa, él subió y lo tiró al terreno de al lado, es decir el pobre libro permaneció botado en la calle cerca de 3 días! Expuesto al sol y a punto de convertirse un papel inservible!
Imagínate cómo me sentí! Si algo cuido y si en algo gasto gran parte de mi sueldo, es en la compra de libros; y que el mentado chamaco haga eso con un libro nuevisito sin haber leído ni siquiera una página! A ver por qué no tiró a Dan Brown? Pero a Milan Kundera! Ese si no es cualquier cosa!
Casi me da un infarto, obviamente cumplí con lo prometido y no lo reprimí, tomé al niño, miré sus ojos entrecerrados de iris verde y su cara cabizbaja asumiendo su culpa, le dije en voz serena, y tentándome el corazón de pollo (como suelen decir mis amigas que tengo), que lo que había hecho sinceramente me dolía, porque yo lo quiero mucho, y no se vale que haga eso, obviamente le dije que lo iba a decir a su mamá, el niño casi desesperado y con una reacción de un miedo horrible, dijo que no lo hiciera.
De antemano sabía cual iba a ser la reacción de su progenitora, tenía la sutil esperanza de que por lo menos lo corrigiera y simplemente le dijera que lo que había hecho no estaba bien. Le comenté a mi señora madre y dijo que ella le diría, cuando le pregunté qué había pasado, con un gesto de desaliento, dijo que su hija había respondido con que de seguro yo le había hecho algo, y que por eso el niño había actuado así. Mi madre y yo nos quedamos con una emoción sumamente desagradable, le importó más echarme la culpa sin causa alguna, que corregir a su hijo, debo decir que esa actitud me dolió demasiado, pues preserva que el niño siga comportándose así.
Sé que es su hijo y que lo quiere más que a mi, pero una cosa es poner orden, y otra muy distinta que si trae pedos conmigo los justifique de una manera tan vil, por eso hasta ayer tenía una hermana, hoy sólo tengo un hermano; y todo por mi alumno de secundaria, que hirió mi orgullo y me hizo comprar a Milán Kundera… por cierto el libro está padrisimo, llegó en buen momento para ayudar a resolver los problemas existenciales que cargo en la razón, la intuición y el cuerpo.
Me despido con leve desaliento.
Atte. “La Vicho teacher”
1 Comment:
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- Salvador said...
3:38 p.m.Veeeerga! que bolas con lo de tu sobrinito, que no se haga el loco, para mí que él sabia muy bien cual lanzar!!y peor tu hermana que en vez de ponerlo "derechito" lo sta arruinando! saludos!
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