Tengo 22 años, terminé la carrera hace algunos meses y ahora estoy dando clases a chavos de bachillerato, es extraño, como que uno cambia mucho cuando es profesor, una autoridad ilimitada te es concedida, tienes el poder de decir: ¡callate! ¡salte! ¡cambiate de lugar! etc. etc. miles de ordenes que para mi, suelen ser tan molestas, como para los alumnos. ¿Motivos? eso es signo de que la autoridad es rebatida, son necesarias las reglas cuando haya alguien que tenga que infringirlas, y hablar de autoridad requiere de otro término que es la intolerancia al orden conciensudo. ¡caray! parezco Bordieu. Lo paradójico del asunto, es que mientras más buena onda quieras ser, es cuando más se aprovechan. Uno de los grupos a los que doy clase, es enteramente masculino, son 3 niñas con 20 jovencitos pubertos de secundaria, el primer día de clase me presenté y les dije que podrían llamarme por mi nombre, pero el resultado fue desastroso, el sólo hecho de darles un poco de confianza fue mal interpretado.
En fin, fuera de unos cuantos pubertos pedantes en ese grupo de secundaria, los demás me parecen más tranquilos, con la clásica apatía por el conocimiento, la resistencia por la lectura, la tarea a destiempo, la poca atención en clase, y sobre toda la hiperactividad enfocada en otros intereses que no son el estudio.
Me despido, esperando que vuelvan a leerme, prometo contarles cosas más divertidas, pero hoy no vi a ninguno de mis perversos polimorfos, dado que es sábado y descanso de ellos.
atte. EL Vicho teacher
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